Synthesis, vol. 20, 2013. ISSN 1851-779X
http://www.synthesis.fahce.unlp.edu.ar/
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro de Estudios Helénicos

ARTÍCULOS

Nota crítica a Demóstenes 19.941

Fernando García Romero

Universidad Complutense de Madrid (España)


Resumen
La interpretación y el texto mismo de unas líneas del parágrafo 94 del discurso Sobre la embajada fraudulenta de Demóstenes  han sido objeto de discusiones, en particular la expresión τὴν πρώτην ἔφερον τοῦ φενακισμοῦ. En nuestra opinión, el problema se podría resolver si interpretamos que a lo largo de todo el pasaje se desarrolla una metáfora deportiva, en concreto relacionada con las λαμπαδηδρομίαι o carreras de relevos con antorchas.

Palabras clave: Lampadedromías; Carreras con antorchas; Demóstenes; Esquines.

Abstract
The text and the interpretation of some lines in Demosthenes’ On the false embassy (19.94) has been discussed, particularly the expression τὴν πρώτην ἔφερον τοῦ φενακισμοῦ. In our opinion, the problem can be solved by understanding that in all the passage Demosthenes uses a sports metaphor that has to do with the λαμπαδηδρομίαι or torch relay races.

Key words: Lampadedromíai; Torch races; Demosthenes; Aeschines.


En estas páginas es mi intención desarrollar y completar una idea que, hace ya unos cuantos años, se nos ocurrió al prof. Hernández Muñoz y a mí2 a propósito de un pasaje demosténico que presenta problemas de texto y de interpretación: el parágrafo 94 del discurso Περὶ τῆς παραπρεσβείας (Sobre la embajada fraudulenta).

Demóstenes se está refiriendo a las maniobras y traiciones de Esquines y los suyos contra los intereses de Atenas y contra la justicia, y afirma lo siguiente, de acuerdo con el texto de la excelente edición de Mervin Dilts:3

τὸ μὲν γὰρ ἐξ ἀρχῆς ἄχρι τοῦ λόγου τυχεῖν Φίλιππον ὑπὲρ τῆς εἰρήνης, Κτησιφῶν καὶ Ἀριστόδημος τὴν πρώτην ἔφερον τοῦ φενα-κισμοῦ, ἐπειδὴ δ’ εἰς τὸ πράττειν ἤδη τὰ πράγμαθ’ ἧκεν, Φιλοκράτει καὶ τούτῳ παρέδωκαν, ἐκδεξάμενοι δ’ οὗτοι πάντ’ ἀπώλεσαν.

2 τὴν ἀρχὴν τὴν πρώτην ἔφερον Sac F Y : τὰ πρῶτα ἐφέροντο Cobet

4 δεξάμενοι Sac Fpc Y

El sentido general del texto se entiende bien, pero su interpretación exacta no está del todo clara. He aquí diversas propuestas de traducción, comenzando por la de nuestro añorado amigo Antonio López Eire:

«Pues, al principio, hasta que Filipo obtuvo la negociación de la paz, Ctesifonte y Aristodemo llevaban la gestión del engaño en su primera e inicial etapa, pero una vez que los asuntos habían llegado a los hechos, la traspasaron a Filócrates y a ese individuo [Esquines], y ésos, haciéndose cargo de ella, lo destrozaron todo».

G. Mathieu (leyendo δεξάμενοι):

«Pour les débuts, jusqu’au moment où Philippe a obtenu à négocier la paix, ce sont Ctèsiphon et Aristodèmos qui ont joué le premier rôle dans la tromperie ; puis, quand il fallut en venir à la réalisation, ils ont passé la parole à Philocrate et à Eschine, et ceux-là, s’étant chargés de l’affaire, ont tout perdu».

C.A. Vince – J.H. Vince (leyendo τὴν ἀρχὴν τὴν πρώτην):

«At the outset, until Philip got a hearing on the question of peace, Ctesiphon and Aristodemus undertook the first iniciation of the imposture, but, when the business was ripe for action, they passed it on to Philocrates and the defendant, who took it over, and completed the enterprise of destruction».

D.M. MacDowell:

«whereas from the beginning until Philip was allowed to negotiate for peace Ktesiphon and Aristodemos did the most to raise false expectations [«did the first part of the raising of false hopes» es la traducción más literal que se ofrece en el comentario], once the affair came to the point of action they handed over to Philokrates and Aiskhines, who took it on and ruined everything».

Dos problemas textuales presenta nuestro pasaje, uno menor que no vamos a comentar: ¿debemos leer el verbo compuesto ἐκδεξάμενοι o la forma simple δεξάμενοι?; y otro más difícil e importante, que es el que va a centrar nuestra atención: ¿cómo hay que interpretar la expresión Κτησιφῶν καὶ Ἀριστόδημος τὴν πρώτην ἔφερον τοῦ φενακισμοῦ?

La interpretación de la forma de acusativo femenino singular τὴν πρώτην, sin la compañía de un substantivo y como complemento de la forma verbal ἔφερον, es sumamente problemática. Los intérpretes han propuesto entender ἡ πρώτη como una forma substantivada que significaría «el comienzo», pero incluso quienes se decantan por esta opción han de reconocer que no pueden alegarse textos paralelos en los que la forma femenina del adjetivo πρῶτος pueda entenderse como un substantivo con ese significado.4 Estas dificultades explican los diversos intentos de interpretación y corrección del texto, tanto por parte de los eruditos antiguos como de los filólogos modernos. Por lo que respecta a las posibles opiniones de los eruditos antiguos, una parte significativa (por ser testimonios fundamentales) de la tradición manuscrita presenta la lección τὴν ἀρχὴν τὴν πρώτην, lección rechazada por la mayoría de los editores y que puede responder a un intento de corrección del texto por parte de algún erudito antiguo para dotar al adjetivo de su correspondiente substantivo femenino («el primer comienzo») o, más bien, debe de ser una glosa marginal explicativa de τὴν πρώτην (proponiendo, pues, la interpretación «el comienzo») que ha acabado introducida en el cuerpo del texto. Y, efectivamente, la mayor parte de la tradición manuscrita, así como la tradición indirecta (Harpocración, κ 86, s.v. Κτησιφῶν) presentan simplemente la lección τὴν πρώτην ἔφερον. Por su parte, la filología moderna ha intentado a veces superar las dificultades que plantea la expresión modificando el texto, y así Cobet5 (a partir de pasajes paralelos como Dión Casio 42.57 καὶ τοῦ Ἰόβου τῇ νίκῃ ἐπαιρομένου καὶ τὰ πρῶτα δι’ αὐτὴν ἀξιοῦντος φέρεσθαι) propuso leer τὰ πρῶτα ἐφέροντο τοῦ φενακισμοῦ, interpretando «consiguieron los primeros premios del engaño»,6 lo cual sólo podría entenderse en el sentido de que Ctesifonte y Aristodemo fueron los primeros en recibir los premios por su colaboración en el engaño (es decir, los sobornos de Filipo), unos premios que recibirían después Esquines y Filócrates, cuando acabaron la tarea.7

La propuesta que nosotros hicimos en su momento, y que ahora pretendo fundamentar con nuevos y espero que más precisos argumentos, es que el texto podría entenderse bien y no haría falta modificarlo si pensamos que subyace en él una metáfora tomada del ámbito del deporte, una más entre las muchísimas metáforas deportivas que encontramos en Demóstenes y, en general, en todos los géneros y épocas de la literatura griega antigua. Concretamente, las traicioneras maniobras que llevan a cabo en Atenas los partidarios de Filipo son presentadas, en nuestra opinión, bajo la imagen de una carrera de relevos, las llamadas λαμπαδηδρομίαι o λαμπαδηφορίαι, esto es, carreras de relevos en las que los relevistas debían pasarse unos a otros antorchas encendidas hasta alcanzar la meta. Estas popularísimas carreras con antorchas tienen probablemente un origen religioso, en relación, por ejemplo, con el robo del fuego por Prometeo y con el ritual del rápido traslado de fuego nuevo de un altar a otro, de manera que no es de extrañar que fueran uno de los momentos culminantes de las celebraciones que tenían lugar en Atenas en honor de divinidades vinculadas estrechamente con el fuego, como Prometeo y Hefesto (aunque también se disputaban en las Panateneas). Los equipos, formados por jóvenes pertenecientes a una misma phylé, competían por ser los primeros en llevar la antorcha encendida hasta el altar que servía de meta y prender en él el fuego sagrado. He aquí la descripción de Pausanias 1.30.2:

ἐν Ἀκαδημίᾳ δέ ἐστι Προμηθέως βωμός, καὶ θέουσιν ἀπ’ αὐτοῦ πρὸς τὴν πόλιν ἔχοντες καιομένας λαμπάδας· τὸ δὲ ἀγώνισμα ὁμοῦ τῷ δρόμῳ φυλάξαι τὴν δᾷδα ἔτι καιομένην ἐστίν, ἀποσβεσθείσης δὲ οὐδὲν ἔτι τῆς νίκης τῷ πρώτῳ, δευτέρῳ δὲ ἀντ’ αὐτοῦ μέτεστιν·εἰ δὲ μηδὲ τούτῳ καίοιτο, ὁ τρίτος ἐστὶν ὁ κρατῶν· εἰ δὲ καὶ πᾶσιν ἀποσβεσθείη, οὐδείς ἐστιν ὅτῳ καταλείπεται ἡ νίκη.8

Demóstenes habría recurrido a esa imagen presentando las actividades promacedónicas y antiatenienses (siempre según la opinión de nuestro orador) de sus enemigos como una carrera de relevos en la que Ctesifonte y Aristodemo «corren el primer relevo, la primera posta» (τὴν πρώτην ἔφερον) en esa carrera del engaño (τοῦ φενακισμοῦ) y pasan luego la antorcha (παρέδωκαν) a sus compañeros de equipo Filócrates y Esquines para que continúen el trabajo; éstos la reciben (ἐκδεξάμενοι) y corren hasta alcanzar la meta que buscan, que no es otra cosa que la ruina de Atenas y de Grecia en general (πάντ’ ἀπώλεσαν). Veamos con qué argumentos contamos para sostener esta interpretación.

En primer lugar, no es raro en la literatura grecolatina el uso con valor metafórico, como el que tenemos en nuestro pasaje, de estas referencias a las carreras con antorchas. El hecho de ser un deporte de equipo (y, como deporte de equipo que era, se trataba de una actividad deportiva relativamente excepcional en la antigua Grecia, donde el deporte, al menos el de competición, consistía principalmente en pruebas individuales), y ser, además, una práctica deportivo-religiosa muy popular, favoreció su uso metafórico bien como paradigma de la transmisión de un valor (la vida, el conocimiento, la virtud) de generación en generación, bien como símbolo de la solidaridad, de lo que puede conseguirse mediante la colaboración de todos, aunque se tratase, como en nuestro caso, de colaborar en un esfuerzo solidario para destruir Atenas. Este uso figurado se encuentra quizá ya en Heráclito,9 y con certeza aparece en los vv. 312-314 del Agamenón de Esquilo, cuando Clitemnestra, al final de su larga descripción del recorrido de la señal de fuego que anuncia la caída de Troya, desde el Monte Ida hasta Micenas, concluye diciendo:10

τοιοίδε τοί μοι λαμπαδηφόρων νόμοι,
ἄλλος παρ’ ἄλλου διαδοχαῖς πληρούμενοι·
νικᾷ δ’ ὁ πρῶτος καὶ τελευταῖος δραμών.11

Por su parte, Platón (Lg. VI 776b) compara la transmisión de la vida de una generación a otra con la transmisión de la antorcha en una carrera: ...γεννῶντάς τε καὶ ἐκτρέφοντας παῖδας, καθάπερ λαμπάδα τὸν βίον παραδιδόντας ἄλλοις ἐξ ἄλλων, θεραπεύοντας ἀεὶ θεοὺς κατὰ νόμους;12 y una imagen muy semejante reproduce el latino Lucrecio en De rerum natura 2.77-79:

augescunt aliae gentes, aliae minuuntur,
inque breui spatio mutantur saecla animantum
et quasi cursores uitai lampada tradunt.13

Por la misma época, Varrón emplea la misma metáfora para explicar no la transmisión de la vida, sino la transmisión del conocimiento, en concreto de los conocimientos tradicionales sobre apicultura (De re rustica 3.16.9): nunc cursu lampada tibi trado. Poco después, en Filón de Alejandría (Quis rerum divinarum heres sit 37) lo que se transmite de mano en mano no es la antorcha que simboliza la vida sino la antorcha que simboliza la virtud: τὸ ἀρετῆς ἀνακαίηται καὶ ἀναφλέγηται σωτήριον φέγγος, ὃ λαμπαδευόμενον ἐπαλλήλοις διαδοχαῖς ἰσοχρόνιον γενήσεται κόσμῳ.14 Ya en el siglo III p.C., el historiador Dión Casio (56.2.3) vuelve a utilizar la imagen de las carreras de relevos para referirse a la sucesión de las generaciones humanas: ὧν χρὴ μεμνημένους τὸ θνητὸν τῆς φύσεως ἡμῶν ἀιδίῳ διαδοχῇ γενῶν ὥσπερ τινων λαμπαδίων παραμυθεῖσθαι, ἵν’ ἐν ᾧ μόνῳ τῆς θείας εὐδαιμονίας ἡττώμεθα, τοῦτ’ ἐξ ἀλλήλων ἀθάνατον καθιστώμεθα.15 Y en un epigrama funerario dedicado a un individuo llamado Dionisio e inscrito sobre una estela de Quíos, en el siglo II a.C., se recoge la frecuentísima metáfora de la «carrera de la vida»,16 con referencia expresa a una carrera con antorchas (AP app. 193.1-4):17

ἕβδομον εἰς δέκατόν τε βίου λυκάβαντα περῶντα
Μοῖρά τε πρὸς θαλάμους ἅρπασε Φερσεφόνας.
λαμπάδα γὰρ ζωᾶς με δραμεῖν μόνον ἤθελε δαίμων,
τὸν δὲ μακρὸν γήρως οὐκ ἐτίθει δόλιχον.18

Las carreras con antorchas son, pues, una actividad que se presta muy bien a un uso metafórico. Y una buena prueba de ello es que este valor simbólico y metafórico de la antorcha que se pasa de mano en mano ha llegado hasta el deporte moderno, porque las lampadedromías antiguas sirvieron de modelo para la introducción de uno de los símbolos más característicos del movimiento olímpico moderno, la antorcha olímpica, a pesar de que las carreras con antorchas nunca se disputaron en los Juegos Olímpicos antiguos. La moderna antorcha olímpica, símbolo de la solidaridad entre los hombres y los pueblos a través del deporte, hizo su primera aparición, irónicamente, en los Juegos de Berlín de 1936, bajo una forma precisamente modelada sobre las antorchas que portan los corredores representados en los vasos antiguos.

En definitiva, no tendría nada de extraño que Demóstenes hubiera querido utilizar en nuestro pasaje la imagen de las carreras de relevos con antorchas para referirse a la colaboración de los miembros de la facción promacedónica buscando la consecución de su objetivo común. Sus oyentes, que habían participado y participaban habitualmente en esas carreras rituales como espectadores e incluso como corredores (cuando eran efebos), y que, por supuesto, conocían el vocabulario técnico de esta especialidad deportiva, no tendrían dificultad para identificar la metáfora a partir de los términos empleados por Demóstenes. Porque, efectivamente, en nuestro pasaje encontramos términos característicos del léxico técnico de las lampadedromías, como φέρω, (ἐκ)δέχομαι o παραδίδωμι.

παραδίδωμι19 es palabra habitual para designar la acción de pasarse la antorcha; al texto citado de Platón20 podemos añadir Hdt. 8.98.2, donde el historiador compara con las lampadedromías el sistema empleado por los persas para la transmisión de noticias: ὁ μὲν δὴ πρῶτος δραμὼν παραδιδοῖ τὰ ἐντεταλμένα τῷ δευτέρῳ, ὁ δὲ δεύτερος τῷ τρίτῳ· τὸ δὲ ἐντεῦθεν ἤδη κατ’ ἄλλον ⟨καὶ ἄλλον⟩ διεξέρχεται παραδιδόμενα, κατά περ Ἕλλησιν ἡ λαμπαδηφορίη τὴν τῷ Ἡφαίστῳ ἐπιτελέουσι.21 Por lo demás, en nuestro texto es posible que debamos apreciar un sentido adicional en el uso de esta palabra: dado que el objetivo de Esquines y los suyos es, en opinión de Demóstenes, la ruina de Atenas, παραδίδωμι puede significar no sólo «pasar la antorcha a otro corredor», sino también «poner en manos de los enemigos, entregar a traición», un sentido frecuente para el verbo, que estaría en consonancia con las connotaciones negativas que el preverbio παρα- tiene con frecuencia en el discurso (empezando por su propio título).22

El verbo φέρω, por supuesto, es habitual en las descripciones de las lampadedromías. La expresión τὴν λαμπάδα φέρειν designa la acción de llevar la antorcha, y ya hemos visto incluso, en los textos de Esquilo y Heródoto, que estas carreras podían designarse también con el término λαμπαδηφορίαι y quienes participaban en ellas eran λαμπαδηρόροι.23 Véanse también al respecto los siguientes textos:

Ar. Ra. 1087-1088

λαμπάδα δ’ οὐδεὶς οἷός τε φέρειν
ὑπ’ ἀγυμναστίας ἔτι νυνί.24

AP 6.100 (Crinágoras)

λαμπάδα, τὴν κούροις ἱερὴν ἔριν, ὠκὺς ἐνέγκας,
οἷα Προμηθείης μνῆμα πυρικλοπίης,
νίκης κλεινὸν ἄεθλον ⟨ἔτ’⟩ ἐκ χερὸς ἔμπυρον Ἑρμῇ
θῆκ’ ἐν ὁμωνυμίῃ παῖς πατρὸς Ἀντιφάνης.25

Por lo que respecta a la estructura sintáctica de la problemática expresión τὴν πρώτην ἔφερον, no creo que haya dificultades mayores para entender τὴν πρώτην como una especie de «acusativo interno» en el que hay que sobreentender un substantivo femenino; y ese substantivo femenino debe de ser λαμπάδα («la primera antorcha, el primer relevo»), un término presente en muchos de los textos que hemos citado hasta aquí y que además en un contexto como el nuestro se sobreentendería fácilmente con el verbo φέρω, sobre todo si tenemos en cuenta que, como hemos visto, los nombres técnicos de estas carreras con antorchas eran λαμπαδηδρομίαι o λαμπαδηφορίαι y, además, τὴν λαμπάδα φέρειν es expresión técnica (véanse los textos de Heródoto y Esquilo, donde tenemos los tres términos que aquí nos interesan, λαμπάς, φέρω y πρῶτος, y los versos de Crinágoras y de las Ranas de Aristófanes, donde se documenta la expresión técnica λαμπάδα φέρειν).

Un posible (pero discutible) caso comparable tendríamos en un texto de Aristófanes, Thesm. 660-662. La corifeo anima a sus compañeras a recorrer vigilantes el lugar en el que está prisionero Mnesíloco, por si se ha colado algún intruso intentando ayudarlo, y utiliza expresiones claramente ligadas al ámbito deportivo, como ὁ καιρός ἐστι μὴ μέλλειν ἔτι, transcripción casi literal de la fórmula con la que los heraldos anunciaban el comienzo de las pruebas en los antiguos agônes (fr.863 PMG) y que se usa como expresión proverbial al menos desde época clásica:26

      μόνον δὲ χρὴ
μὴ βραδύνειν, ὡς ὁ καιρός ἐστι μὴ μέλλειν ἔτι,
ἀλλὰ τὴν πρώτην τρέχειν χρῆν ὡς τάχιστ’ ἤδη κύκλῳ
χρὴ R : χρῆν Bentley : χρή ⟨μ’⟩ Austin : χρή ⟨σ’⟩ Porson

Algunos intérpretes entienden el texto de la siguiente manera: «lo único que hay que hacer es no tardar, porque es tiempo de no demorarse ya, sino que habría que echarse la primera carrera cuanto antes ya dando vueltas» («rather we should already be beginning by running right round, straight away», Sommerstein); en tal caso, tendríamos una expresión semejante a la que nos ocupa en nuestro texto de Demóstenes, con τὴν πρώτην como complemento directo de τρέχειν y entendiendo que «ad τὴν πρώτην suppleri potest quod currendi verbo inest substantivum ὁδόν» (van Leeuwen, ad loc.).27 Sin embargo, con el verbo τρέχειν se espera un acusativo interno no femenino sino masculino (δρόμον; véase la nota 26), por lo que en mi opinión es preferible otra interpretación de la estructura sintáctica de la frase, de acuerdo con la cual τὴν πρώτην sería sujeto de τρέχειν, usado éste con valor absoluto: «sino que la primera tendría que echar a correr cuanto antes ya dando vueltas» («Dài, chi è la prima a fare di corsa tutto il giro?», Prato–del Corno; «‘that I be the first to run in a circle’, i.e., ‘that I lead the way as we run in a circle together’», Austin–Olson, ad loc.). De manera que no creo que este pasaje aristofánico pueda aducirse en apoyo de la interpretación que proponemos para nuestro texto de Demóstenes.

Podemos plantearnos también la posibilidad de que el substantivo femenino que debemos sobreentender en la expresión τὴν πρώτην ἔφερον no fuera λαμπάς, sino διαδοχή, el término técnico que emplea el léxico deportivo griego para indicar la sucesión de relevos en una lampadedromía. A textos ya citados como Esquilo Agamenón 313 (διαδοχαῖς), Dión Casio 56.2.3 (διαδοχῇ), Filón de Alejandría Quis rerum divinarum heres sit 37 (διαδοχαῖς), podemos añadir otros en los que aparece la palabra διαδοχή28 en la descripción de una carrera con antorchas, empezando por los escolios al parágrafo 43 del Contra Eubulides de Demóstenes contenidos en un manuscrito del Monasterio de San Juan de Patmos:29 οἱ ἔφηβοι, ἀλειψάμενοι παρὰ τοῦ γυμνασιάρχου, κατὰ διαδοχὴν τρέχοντες ἧπτον τὸν βωμόν· καὶ ὁ πρῶτος ἅψας ἐνίκα καὶ ἡ τούτου φυλή.30 Véase también Arist. Ph. 5.4, 228a 26-29: ἐχόμεναι μὲν οὖν εἶεν ἂν καὶ αἱ μὴ αὐταὶ τῷ εἴδει μηδὲ τῷ γένει· δραμὼν γὰρ ἄν τις πυρέξειεν εὐθύς, καὶ οἷον ἡ λαμπὰς ἐκ διαδοχῆς φορὰ ἐχομένη, συνεχὴς δ’ οὔ.31 Hemos pensado incluso en la posibilidad de que la varia lectio τὴν ἀρχὴν τὴν πρώτην transmitida por Sac F Y fuera una corrupción textual de un original τὴν διαδοχὴν τὴν πρώτην; pero nos parece preferible con mucho suponer que τὴν ἀρχὴν es una glosa explicativa de τὴν πρώτην que ha acabado introducida en el cuerpo del texto (no hemos encontrado, por otro lado, paralelos para una expresión τὴν διαδοχὴν φέρειν) y que τὴν πρώτην ἔφερον es forma abreviada de τὴν πρώτην λαμπάδα ἔφερον.

Frente al muy bien coordinado equipo de relevistas que forman el cuarteto Ctesifonte, Aristodemo, Esquines, Filócrates, los cuales se van pasando unos a otros la antorcha hasta alcanzar la meta que buscan, el dominio de Macedonia sobre Grecia, Demóstenes es un corredor solitario que tiene que multiplicar esfuerzos para no ver a su ciudad esclavizada. Es ésta una imagen bajo la que Demóstenes gusta de presentarse a sí mismo, como ocurre al final del Discurso sobre la corona 18.320), donde, de nuevo frente a Esquines y los suyos, que esta vez son una tropa numerosa y brillante de caballería (μέγας καὶ λαμπρὸς ἱπποτρόφος) dispuesta «a cumplir fielmente las órdenes recibidas» y «a ponerse a sueldo contra su propia patria» (τῶν τοῖς ἐπιταττομένοις ὑπηρετούντων καὶ τῶν κατὰ τῆς πατρίδος μισθαρνεῖν ἑτοίμων), se alza, debilitado por el esfuerzo pero siempre dispuesto a luchar por su patria, nuestro orador (ἐγὼ δ’ ἀσθενὴς...ἀλλ’ εὔνους μᾶλλον ὑμῶν τουτοισί). Y el uso, en nuestro texto, de la metáfora de las lampadedromías conllevaría, además, una paradoja (otra figura muy del gusto de Demóstenes). En efecto, hemos leído en Esquilo que en las carreras de relevos vence todo el equipo (νικᾷ δ’ ὁ πρῶτος καὶ τελευταῖος δραμών), y vence incluso la comunidad a la que ese equipo de efebos representa, como nos recuerdan los escolios al Contra Eubulides de Demóstenes (καὶ ὁ πρῶτος ἅψας ἐνίκα καὶ ἡ τούτου φυλή). Muy diferentes serán, en cambio, las consecuencias que tendrá para Atenas la victoria de este equipo de malvados relevistas que corre «la carrera del engaño»: su triunfo no será ya la victoria de la comunidad a la que se supone que representan, sino la derrota y la ruina de esa comunidad, Atenas, y de los griegos todos (ἐκδεξάμενοι δ’ οὗτοι πάντ’ ἀπώλεσαν).

Notas

1 Este trabajo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación «Los oradores griegos en los manuscritos españoles (III): oratoria epidíctica, apócrifa y epistolar» (FFI2008-01087), dirigido por el prof. Hernández Muñoz y ha sido publicado en Hernández Muñoz, F.G. (ed.) (2012) La tradición y la transmisión de los oradores y rétores griegos, Logos Verlag, Berlín :53-66.

2 García Romero – Hernández Muñoz (1996:122-123)

3 Las siglas corresponden a los siguientes manuscritos, tres «pesos pesados» en la transmisión del texto de Demóstenes: S (Parisinus Graecus 2934, saec. IX/X); F (Marcianus Graecus 416, saec. X); Y (Parisinus Graecus 2935, saec. X).

4 Así MacDowell (2000: 247): «ἡ πρώτη is not elsewhere used alone substantivally for ‘the beginning’».

5 Cobet (1858:569)

6 «Won the first prize for raising false hopes» traduce MacDowell, quien objeta que la conjetura de Cobet «destroys the contrast between the early stage of deception by Ktesiphon and Aristodemos and the later stage of deception by Aiskhynes and Philokrates».

7 Obviamente el sentido no puede ser que Ctesifonte y Aristodemo se llevaron «los primeros premios» (es decir, los mejores), pues el papel de Esquines y Filócrates culminando el trabajo es tanto o más importante (en ese sentido, además, se suele usar τὰ πρωτεῖα φέρειν / φέρεσθαι, como en D.H. Comp. 24).

8 «En el santuario de Academo hay un altar de Prometeo, y hacen una carrera desde él hasta la ciudad sosteniendo antorchas encendidas. La competición consiste en mantener la antorcha siempre encendida a la vez que corren, y si se le apaga al primero que llega, ninguna victoria obtiene ya, sino que la consigue el segundo en lugar de éste. Y si tampoco se le mantiene encendida al segundo, el tercero es quien vence. Y si se les llega a apagar a todos, nadie se hace con la victoria».

9 Cf. Lebedev (1985 y 1987)

10 Cf. Dumortier (1935: 229)

11 «Tales —entérate— son para mí las normas que siguen los que llevan las antorchas, / completando el trabajo uno cuando recibe el relevo de otro. Y vencen el primero y el último que corren [es decir, la victoria es de todo el equipo]». No obstante, esta interpretación, que para nosotros no ofrece graves problemas, ha sido discutidísima. Cf. Fraenkel (1962, II: 313); Kaimio (1985); Bollack – Judet de la Combe (1981-2001, II: 130-133)

12 «...sirviendo siempre a los dioses de acuerdo con la ley, engendrando y criando hijos, transmitiendo de unos a otros la vida como una antorcha».

13 «Unas gentes crecen, otras disminuyen, y en un breve espacio se suceden las generaciones de vivientes, y se transmiten, como corredores, la antorcha de la vida».

14 «Que la llama salvadora de la virtud se vuelva a encender y vuelva a arder, la cual, siendo llevada como una antorcha en relevos que se pasan unos a otros, perdurará tanto como el mundo».

15 «Acordándonos de eso, debemos consolar a la parte mortal de nuestra naturaleza con una infinita sucesión de generaciones, como si se tratase de unas antorchas, para que sucediéndonos unos a otros hagamos inmortal aquello en lo único en lo que somos inferiores a la felicidad divina».

16 Cf., por ejemplo, E. Al. 489 Or. 878, IA 1455; Hdt. 8.74.1, 8.102.3, 8.140.4; Ar. V. 374-378; Pl. Tht. 172e.

17 Es el epigrama 945 de Peek, W. 1955: Griechische Vers-Inschriften I: Grabepigramme, Berlín.

18 «Había cumplido el decimoséptimo año de mi vida, cuando la Moira me arrebató y me llevó a las moradas de Perséfone. Porque la carrera con antorchas de la vida fue lo único que la divinidad quiso que yo corriera, y no me concedió la carrera de fondo de la vejez».

19 Y su «traducción» latina trado, que hemos encontrado en los pasajes citados de Lucrecio y Varrón.

20 El propio Platón utiliza otro compuesto de δίδωμι (διαδίδωμι) al comienzo de la República (I 328a), para describir la transmisión de las antorchas durante la carrera de relevos a caballo que se desarrolla en el arco de los nuevos cultos a la diosa tracia Bendis instaurados en El Pireo.

21 «El primero que corre transmite al segundo lo que se le ha encomendado, y el segundo al tercero, y así en adelante la noticia que se transmite va haciendo su recorrido de unos a otros, igual que entre los griegos la carrera con antorchas que celebran ritualmente en honor de Hefesto».

22 Esta sugestiva observación fue hecha por el prof. Hernández Muñoz durante el debate que siguió a esta contribución. Quede aquí constancia de mi agradecimiento.

23 Cf. también Anecdota Graeca I 277 Bekker (Léxico Retórico): λαμπὰς καὶ λαμπαδηφόροι· λαμπάδας ἄγουσιν Ἀθηναῖοι Παναθηναίοις, Ἡφαιστείοις, Προμηθείοις· εἰσὶν δὲ αὗται ἑορταί. Λαμπαδηφόροι δὲ καλοῦνται, ὅτι τὰς λαμπάδας ἔφερον.

24 «Y una antorcha nadie es capaz de llevarla / ya ahora por falta de entrenamiento».

25 «La antorcha, disputa sagrada entre jóvenes, que rápido había llevado, / como recuerdo del robo del fuego por Prometeo, / premio ilustre de la victoria, de su propia mano aún encendida, a Hermes / la ha dedicado Antífanes, un hijo que tiene el mismo nombre que su padre».

26 García Romero (2001:102-104)

27 En apoyo de su interpretación, van Leeuwen cita la expresión proverbial (Zenobius Vulgatus 4.85) ὁ λαγὼς τὸν περὶ τῶν κρεῶν τρέχει, quizá aludida por Aristófanes cuando en Ranas 190-191 hace que Caronte diga, refiriéndose al esclavo Jantias, δοῦλον οὐκ ἄγω, / εἰ μὴ νεναυμάχηκε τὴν περὶ τῶν κρεῶν.

28 διαδοχή es, por cierto, palabra demosténica, aunque no empleada en contextos deportivos (4.21, 21.164, 50.1; cf. también Aeschin. 2.168).

29 Editado por Sakkeliou en BCH 1 (1877:11). Semejante es el texto del Léxico retórico editado en Anecdota Graeca I 228 Bekker (s.v. γυμνασίαρχος).

30 «Los efebos, entrenados por el gimnasiarco, corren por relevos y encienden el altar; y vencían el primero que lo encendía y su tribu».

31 «Pueden ser contiguos incluso (los movimientos) que no son los mismos ni específica ni genéricamente. Un hombre que ha corrido, en efecto, puede tener enseguida un acceso de fiebre, y, por ejemplo, la antorcha que se pasa por relevos es un transporte contiguo, pero no continuo».

Bibliografía

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